El uso de pronombres.
Los pronombres son muy importantes, quizá son las palabras más utilizadas de nuestro lenguaje. No sabemos vivir sin ellos, los utilizamos de constante. Nos sirven para a todos los nombres y ahí está su virtud y defecto. Sí, son de gran utilidad. Pero no son buenos.
A nadie le gusta que le llamen ese, o aquel. Nadie quiere ser uno. Y el porqué es muy simple, no somos indeterminados. Somos alguien concreto, al que no se puede sustituir.
Y en cambio yo, tú, él, y sobre todo ella nos encantan. O por lo menos a mi.
En "yo" pensamos todos, y dependiendo de cuanto nos enamoremos de nosotros mismos al ver nuestro reflejo en el agua, con mayor o menor frecuencia.
El "tú" es una constante en nuestras conversaciones, yo hablo para ti, para el que me escucha, o en este caso para el que me lee. Sin un tú, no tendría sentido expresarnos.
Pero mi preferido es el "ella", porque no hay nada más bonito que "ser ella". El pronombre deja de tener sentido para el resto de personas en el mundo, y cuando eres ella, solo tú, para mi, puedes significar ella. La palabra toma un nuevo significado, y el resto de ellas ya no solo existen. Porque te conviertes en la única Ella.