¿Ensalda o chocolate?
Mis amigas y yo solemos hablar de las cuestiones trascendentales de la vida tales cómo vodka con piña o con limón, zara pondrá las rebajas a las 10 o a las 12 de la noche o debo comer ensalda o chocolate.
Quizá os parezcan preguntas vacuas, pero al menos la última de ellas no lo es en absoluto. Y cada una, por supuesto, tenemos una teoría muy elaborada sobre ello.
Tengo una amiga muy sana que opina que siempre hay que comer ensalda, porque a largo plazo es lo que mejor sienta. Tienes buena linea y ningún arrepentimiento. Además a todo el mundo le parece bien cuando pides un poco de lechuguita.
Tengo otra amiga que intenta ser sana, de hecho hasta se hizo vegetariana. Lo dejo. Esta opina que aunque el chocolate le atraiga terriblemente (Ay Omá) lo correcto es comer ensalda, que el chocolate se acaba muy pronto y te deja mucho mono. Que además su sabor cuesta mucho olvidarlo. Por eso ella está en un dieta regular de ensalda césar, que cari, es lo mejor.
Yo hace mucho que no me engaño a mí misma. Yo soy de chocolate. Vale, a veces también como ensalda. Sé que es lo correcto y que es la buena solución. Pero que queréis que os cuente, es que no me sabe igual. Es que a veces me vale más una sola onza de chocolate negro con naranja que la mejor y más grande de las ensaldas. Que solo su regusto amargo calma mi ansiedad y que cuando estoy sola nunca pienso en verde.
¿Y sabéis qué? Que al final, no soy la única que acaba echando en el carro una buena tableta. Hasta ellas roban de vez en cuando una onza. O dos.